El socialismo municipal vuelve a golpear el bolsillo del ciudadano. El Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet, gobernado con mayoría absoluta por el PSC, ha decidido implantar un sistema polémico y opaco: cargar la tasa de basuras directamente en la factura del agua, sin información previa clara y sin consultar a los vecinos. Un movimiento que ha generado indignación y protestas legítimas en la calle.
Frente al silencio y la opacidad institucional, VOX ha salido al paso, apoyando públicamente a los vecinos y exigiendo responsabilidades a un consistorio que actúa como si la ciudad fuese suya. El partido liderado en el municipio por Aitor Navarro ha denunciado el método y el fondo de esta operación fiscal: una medida que no solo se aplica sin transparencia, sino que podría tener consecuencias económicas reales para miles de hogares.
Cargar impuestos sin preguntar: el estilo socialista
La protesta ciudadana ha sido convocada por el colectivo Derechos Vecinales, que salió a la calle para exigir claridad, participación y respeto. A la manifestación se sumaron cargos públicos de VOX, entre ellos el portavoz municipal Navarro, el concejal Juan Carlos Segura, y el diputado autonómico Manuel Acosta.
Durante el último pleno, VOX dejó claro su rechazo al modelo del PSC, que carga nuevas tasas camufladas en recibos básicos como el del agua. El equipo de gobierno pretende justificar esta fórmula como una simple reorganización técnica, pero los hechos son claros: nadie informó previamente, no se debatió con los vecinos, y la factura final ha subido.
Lo llaman “reorganización”, pero lo paga el ciudadano
La tasa de residuos no es nueva, pero su integración en la factura del agua representa, en la práctica, una maniobra de cobro encubierto. El ciudadano, al recibir el recibo, se encuentra con un cargo que no esperaba y que no ha aprobado. ¿Transparencia? Ninguna. ¿Participación? Cero.
Desde VOX se insiste en que este tipo de prácticas son inaceptables en una democracia seria, y más aún en un momento en el que muchas familias atraviesan dificultades económicas. El Ayuntamiento tiene la obligación de informar, debatir y consultar antes de imponer cualquier carga adicional.
Entidades vecinales silenciosas y malestar creciente
En su intervención, Navarro también señaló la pasividad de ciertas entidades vecinales históricamente ligadas a la izquierda, que guardan silencio cuando las decisiones impopulares vienen del PSC. El portavoz de VOX denunció que muchos ciudadanos ya no se sienten representados por quienes deberían alzar la voz en su nombre.
El caso de Santa Coloma no es aislado. Se repite en otros municipios gobernados por el PSOE o sus marcas blancas. El socialismo local, incapaz de reducir gasto político o estructuras clientelares, recurre siempre a lo mismo: más presión fiscal, menos transparencia y ninguna autocrítica.
VOX exige claridad, respeto y responsabilidad
VOX ha exigido públicamente que el Ayuntamiento haga públicas las cifras reales del impacto de esta tasa, los criterios de cálculo, los canales de reclamación y las posibles exenciones. El partido considera que la ciudadanía tiene derecho a conocer en qué se gasta cada céntimo que se le exige.
Además, recuerda que el modelo que defiende no pasa por cargar al contribuyente con más impuestos, sino por reducir gasto político innecesario, cortar privilegios institucionales y devolver el poder al ciudadano.
Una ciudad que no se resigna
Lo que ha ocurrido en Santa Coloma es más que una protesta fiscal: es una señal de hartazgo. Muchos ciudadanos comienzan a abrir los ojos ante una forma de gobernar que decide primero y pregunta después, que cobra antes de explicar y que utiliza a los vecinos como si fueran un cajero automático sin voz ni voto.
Frente a este modelo, VOX ha prometido estar al lado de los ciudadanos: en la calle, en el pleno, y donde haga falta. Porque Santa Coloma merece ser gobernada con responsabilidad, con respeto y con libertad, no con decretos y facturas sorpresa.








