Como la víctima estaba atada, la sospechosa se autolesionó y contó a la policía que dos árabes asaltaron la casa, mataron al hombre y la hirieron
Los Mossos d’Esquadra detuvieron el pasado 27 de noviembre en Sant Adrià de Besòs (Barcelona) a una mujer cubana de 26 años llamada Arlets, como presunta asesina de su pareja once días antes. El cuerpo de la víctima, un español de 33 años llamado Gerard Guerra Reig, estaba atado y presentaba un brutal ensañamiento tras recibir 113 cuchilladas por todo el cuerpo.
La investigación del caso ha dado un giro desde el pasado 16 de noviembre, cuando la Policía acudió a un piso del nº 58 de la calle de Bogatell, donde se encontraba un hombre fallecido apuñalado y una mujer herida.
Según contó la mujer cubana a los agentes, dos árabes llamaron a la puerta y, cuando abrió, la apuñalaron, irrumpieron en la vivienda y asesinaron al hombre. Acto seguido, la mujer alertó a los vecinos y estos a emergencias.
Los primeros agentes en llegar improvisaron un torniquete a la mujer, que afirmaba estar embarazada. Una ambulancia del SEM la trasladó a Can Ruti, en Badalona, y los sanitarios certificaron la muerte de la víctima.
La mujer se inventó un ataque y se autolesionó
Las pesquisas del Área de Investigación Criminal (AIC) de los Mossos concluyeron que, presuntamente, jamás existieron los asaltantes y, por causas aún desconocidas, fue la mujer quien mató al hombre con un brutal ensañamiento, infligiéndole múltiples heridas por todo el cuerpo, hasta 113.
La mujer contó a los investigadores que la víctima estaba atada, porque que estaban a punto de iniciar un juego sexual cuando llamaron a la puerta los supuestos asaltantes.
Los Mossos descartaron la versión de la presunta asesina, porque en la vivienda sólo había huellas de un par de pies desnudos sobre la sangre derramada en el piso, y las numerosas cámaras de vigilancia de la zona no registraron a ningún ningún extraño.
Los investigadores concluyeron que la presunta asesina ató al hombre para poder acuchillarlo por todo el cuerpo sin que tuviera posibilidad de defenderse.
Un hombre muy querido en Sant Adrià
Al parecer, la presunta asesina y la víctima eran pareja desde hacía un año y vivirán juntos en Sant Adrià de Besòs. Tampoco constaba ningún tipo de denuncia previa ni antecedentes relativos a violencia doméstica.
El fallecido, oriundo de Begur, era una persona especialmente querida en la comarca, porque había rehecho su vida tras un pasado de adicciones y colaboraba en la desintoxicación de drogadictos.
“Parecía que todo estaba bien y que era feliz con su nueva pareja, con la que esperaba el que sería su primer hijo”, explicó a La Vanguardia el periodista de Ràdio Palafrugell, Rafael Corbí.
La mujer sigue negando la autoría y todavía se desconoce el móvil del crimen. El Juzgado de Instrucción número 5 de Barcelona decretó su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza.
