Se trata de una de las regiones más dinámicas de toda Europa, según el Instituto Coordenadas y Economía Aplicada
En LA BANDERA damos a conocer un interesante análisis sobre el impacto de las Comunidades Autónomas en la economía de toda España. Lo ha realizado el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada (ICGEA). Conclusión: Madrid se ha consolidado como un pilar en la economía española y europea, «por su crecimiento sostenido, su capacidad para atraer inversión y su competitividad en el panorama internacional». Una buena noticia para su presidenta, Isabel Díaz Ayuso.
En 2023, la Comunidad de Madrid registró un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 5,7%, superando la media nacional del 3,6%. A juicio del ICGEA, esto ha permitido que la región aporte el 19,6% de la riqueza del país, situándose por delante de Cataluña (18,8%) y Andalucía (13,3%), regiones mucho más pobladas y de mayor territorio.
Además, el PIB per cápita de Madrid alcanzó los 42.198 euros, el más elevado de España, un 36,3% por encima de la media nacional de 30.968 euros, superando a la media de la Unión Europea, que se sitúa en los 38.130 euros.
«Con un crecimiento del PIB per cápita que se ha duplicado durante los últimos 20 años y que refleja no solo la prosperidad económica de la región, sino también su capacidad para generar riqueza de manera eficiente», señala el ICGEA.
Hacia el sector servicios
Por otro lado, estructura económica de Madrid se caracteriza por una orientación hacia el sector servicios, que representa el 79,9% de su economía.
«Además, la Comunidad de Madrid se ha convertido en polo de atracción para empresas e inversores y concentra más del 71% de la inversión extranjera directa en España, factor clave que ha permitido mantener su crecimiento incluso en un contexto global de incertidumbre económica».
Estabilidad regulatoria y fiscal
El análisis indica que Madrid ha comenzado a rivalizar con capitales europeas, como Londres o París. Se debe a su modelo económico y a las políticas públicas «que fomentan la libertad empresarial, la reducción de impuestos y la eliminación de trabas burocráticas, creando un entorno favorable para los negocios y la inversión».
Otro elemento que cita el ICGEA es la estabilidad regulatoria y fiscal. «Mientras otras regiones han optado por aumentar la presión fiscal, Madrid ha mantenido una política de bajos impuestos y simplificación administrativa”.








