¿Por qué no bajan los tipos?
El Banco Central Europeo ha decidido este 25 de julio de 2025 mantener los tipos de interés en el 2 %, pese a la presión de ciertos sectores para que se facilite el crédito. ¿El motivo? Según su presidenta, Christine Lagarde, la economía europea resiste mejor de lo esperado: aumentan los salarios, mejora el consumo y la inflación se ha estabilizado en el objetivo del tipo de interés al 2 %.
¿Estamos ante una recuperación real?
¿La inflación al 2 % es una victoria o un espejismo?
Tras años de inflación descontrolada, alcanzar el 2 % parece una señal de éxito. Pero este descenso se ha conseguido a costa de subir los tipos y enfriar la economía. El equilibrio es frágil, y cualquier repunte energético o geopolítico podría romperlo.
¿Suben los salarios… pero para quién?
Christine Lagarde asegura que los salarios crecen, aunque “más lentamente”. En realidad, se trata de subidas moderadas que no llegan por igual a todos los sectores ni a todos los países. La recuperación salarial es parcial y no siempre compensa la pérdida de poder adquisitivo sufrida entre 2021 y 2023.
¿Gasta más la gente o simplemente no le queda otra?
El consumo repunta, sí, pero no está claro si es por confianza o por necesidad. Muchas familias están tirando de ahorros acumulados o recurriendo al crédito. El riesgo es que este rebote sea temporal y se frene si los tipos se mantienen altos durante más tiempo del esperado.
Podría interesarte:
- Las familias españolas son cada vez más pobres según el Banco de España
- Las familias pagan 8.500 millones más de IVA desde 2021
- El 17% de los hogares españoles está por debajo del umbral de la pobreza severa
¿Puede Europa crecer en un mundo que se le vuelve en contra?
La economía europea intenta estabilizarse en un contexto externo complicado. Las disputas comerciales con Estados Unidos, las tensiones con China y la guerra en Ucrania limitan el margen de maniobra. En este escenario, la resiliencia no es lo mismo que el crecimiento.
¿Qué pasará en las próximas reuniones?
El BCE no quiere comprometer una ruta fija: aplicará un enfoque de “reunión a reunión” según los datos económicos, financieros y geopolíticos.
Lagarde ha sido clara: no habrá decisiones precipitadas, ni bajadas artificiales para contentar a los mercados. El foco sigue siendo controlar la inflación de forma estable, y cualquier cambio dependerá de:
- Perspectivas de inflación
- Riesgos globales
- Transmisión de la política monetaria al ciudadano
¿Cómo te afecta esto?
¿Tienes hipoteca variable? Respira… de momento
Si tienes una hipoteca variable, la noticia es positiva a corto plazo: el BCE mantiene los tipos en el 2 %, lo que evita nuevas subidas del Euríbor. Esto significa que tu cuota mensual no aumentará, al menos por ahora.
Sin embargo, no se trata de un alivio completo. Los tipos siguen altos comparados con 2021 o 2022, y cualquier revisión semestral o anual seguirá reflejando el encarecimiento acumulado. No sube, pero tampoco baja, y eso puede ser insuficiente para muchas familias que ya van al límite.
¿Pensabas pedir un préstamo? Te saldrá caro
Para quienes esperaban una bajada de tipos para pedir un crédito —ya sea personal, hipotecario o para emprender—, el mensaje es claro: toca esperar. Con los tipos al 2 %, los bancos seguirán aplicando intereses elevados, y la financiación seguirá siendo cara.
Esto impacta especialmente a jóvenes que quieren acceder a su primera vivienda o a familias que necesitan liquidez en un contexto de precios aún altos.
Las empresas siguen cargando con el peso financiero
El BCE no ofrece tampoco alivio para las pymes y autónomos. Los costes financieros —préstamos, líneas de crédito, ampliaciones— siguen elevados. Esto frena decisiones de inversión, contratación y expansión. Muchas pequeñas empresas retrasan planes o ajustan personal porque el acceso al dinero sigue siendo caro y complejo.
En sectores como la hostelería, el comercio o la agricultura, este tipo de medidas se perciben más como una barrera que como una garantía de estabilidad.
¿Y ahora qué?
La zona euro entra en una fase de estabilidad monetaria, pero con la mirada puesta en la evolución de las economías de EE. UU. y China, las tensiones comerciales y los próximos datos de empleo e inversión.
En resumen: estabilidad sí, bajadas no (por ahora). El BCE da un mensaje claro: la economía aguanta, pero la prudencia manda.








