El gobierno alemán de Merkel conocía el origen del virus con alta certeza desde los primeros meses de la Covid-19, pero guardó silencio
Se llamó Operación Saaremaa y a puso en marcha Alemania, concretamente el Servicio Federal de Inteligencia alemán BND. La intención: investigar en 2020 el origen del coronavirus en una etapa temprana de la pandemia.
Y obtuvo una conclusión certera que dio a conocer a la Cancillería de Berlín. Origen: un laboratorio en Wuhan. Merkel pidió una estimación del grado de certeza de esas averiguaciones. Se le dijo que con una seguridad de entre el 80% y el 95% ese había sido el origen del virus, tal y como publica ABC. Pero la mandataria calló.
Los documentos han sido publicados por al semanario ‘ZEIT’ y por el periódico de Múnich. Sugieren que la base de la evaluación de inteligencia fue el material obtenido como parte de una operación de inteligencia encubierta llevada a cabo en China.
Esta incluía datos científicos de instituciones de investigación chinas como el Instituto de Virología de Wuhan, una de las principales instituciones allí para la investigación de virus.
Las pruebas recabadas apuntaban además a que la expansión del coronavirus se debió seguramente a un fallo o accidente en la modificación artificial de los coronavirus que se producen en la naturaleza.
La investigación de inteligencia había sido expresamente ordenada por la Cancillería de Berlín. En ese momento consideraba un dato relevante para la seguridad el origen del nuevo coronavirus Sars-CoV-2.
El presidente del BND, Bruno Kahl, informó personalmente a Merkel sobre la operación. Ella no quiso comentar si estaba al tanto cuando los medios de comunicación alemanes le preguntaron al respecto.
Origen no natural
Ya el año pasado, varios investigadores presentaron un análisis según el cual consideraban que un origen no natural y en un laboratorio era la opción más probable que uno natural.
Sin embargo, desde el principio se nos contó que las investigaciones se han centrado en un origen zoonótico, como un huésped animal intermediario, sin pruebas concluyentes.
La propia China siempre ha rechazado las especulaciones de que el coronavirus podría haberse originado en un laboratorio.








