El decreto aprobado por el ejecutivo italiano pretende salvaguardar el uso agrícola tradicional del suelo y frenar la desertificación productiva del campo
La presidenta de Italia, Giorgia Meloni, lo tiene claro respecto a las energías renovables. Con ellas, pero con límites, sobre todo en el campo y en las zonas productivas para al agricultura y la ganadería.
Este proceso, precisamente en España, se está viviendo al revés, tal y como hemos denunciado en LA BANDERA con los casos flagrantes en Jaén o en zonas boscosas de Galicia. Todo por la pasión que desprende el Gobierno de Pedro Sánchez por la Agenda 2030.
El fanatismo en la Italia de Meloni no lo es tanto con las renovables y las placas solares. Por eso, el Gobierno aprobó un decreto destinado a salvaguardar el uso agrícola tradicional del suelo y frenar la desertificación productiva del campo. Así explicó el ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida.
La normativa italiana, no obstante, contempla excepciones. Sí se permitirá la llamada energía agrovoltaica, siempre que los paneles solares se instalen a una altura mínima de dos metros del suelo, permitiendo así el uso simultáneo del terreno para cultivos.
También quedan fuera del veto los proyectos ya en tramitación, así como las instalaciones en espacios no agrícolas, como canteras, minas, zonas ferroviarias, infraestructuras aeroportuarias o márgenes de autopistas.
Limites en terrenos agrícolas
La norma establece «disposiciones destinadas a limitar el uso de terrenos agrícolas para la instalación de sistemas fotovoltaicos con módulos colocados en el uso en zonas clasificadas como agrícolas». Se permite esta práctica en «emplazamientos en los que ya estén instaladas» las placas, las sujetas a «proyectos financiados con el Plan Nacional de Recuperación en canteras y minas abandonadas. También en áreas a disposición de los Ferrocarriles del Estado. Y concesionarios de autopistas, áreas de instalaciones aeroportuarias, áreas dentro de los 300 metros de las autopistas, áreas dentro de plantas industriales y áreas dentro de un radio de 500 metros de dichas instalaciones.
Según confirmó el ministro italiano de Agricultura, Francesco Lollobrigida: «El decreto dice sí a la agrosolar, a los paneles que permiten el cultivo bajo tierra. Los agricultores podrán seguir produciendo energía».
Género neutro y no binario
Por otro lado, El Gobierno de Italia, a través del Ministerio de Educación, ha ordenado a las escuelas prohibir el creciente uso de símbolos de género neutro y no binario en sus comunicaciones oficiales. La medida se basa en el argumento de que estos signos gráficos —como el asterisco (*) o la vocal «ə», conocida como schwa— alteran las normas gramaticales del italiano y dificultan la comprensión de los textos.
En un comunicado, el Ministerio defendió su decisión asegurando que el uso de este tipo de expresiones no convencionales pone en peligro la coherencia y legibilidad del lenguaje administrativo y educativo. Según la nota oficial, este tipo de escritura “vulnera la estructura lingüística del italiano y genera ambigüedades comunicativas”.








