Amargo se despachó ante la prensa tras salir en libertad provisional en espera de su sentencia por un presunto delito de narcotráfico
El coreógrafo y bailaor, Rafael Amargo, salió este viernes de la cárcel de Soto del Real para disfrutar de su primer fin de semana en libertad provisional sin medidas cautelares, y aprovechó para señalar a Sánchez y a su suegro, ex propietario de la ‘Sauna Adán‘.
El bailarín se despachó sin cortapisas ante los medios, congregados a la salida de la prisión: «¿Qué está pasando en el Gobierno? El pobre es muy malo porque tener poder es muy fácil abusar de él y creer que eres el rey del mambo. Tener poder es muy malo», dijo Amargo
Acto seguido, Amargo añadió lo siguiente: «Resulta que el chico que vivía en nuestra casa, que era un chico que se dedicaba a trabajar como escort, donde trabajaba era en la sauna de prostitución masculina del padre de la señora del presidente del Gobierno», afirmó.
Ante las preguntas al respecto, el bailarín no aclaró el sentido de sus alusiones: «¿Qué quiero decir? Que vamos a hacer el favor de tomar el sol, que se está muy a gusto en la playa», zanjó el granadino.
‘Voy a decir la verdad y toda la verdad de este delito provocado’
«Llevo tres años y medio callado. Voy a decir la verdad y toda la verdad de este delito provocado. Me han destrozado la carrera», declaró Rafael Amargo a la prensa a la salida de Soto del Real.
Amargo se encuentra en espera de la sentencia del juicio que comenzó el pasado 8 de abril, en la Audiencia Provincial de Madrid, por un presunto delito contra la salud pública.
La Fiscalía pide 9 años de cárcel para el artista granadino, acusado de vender drogas a terceros desde su casa “de manera persistente”.
El Ministerio Público solicita la misma pena de cárcel para Juan Eduardo de los S. B., asistente de producción de Amargo y 6 años para Manuel Ángel B. L., “hombre de confianza” del bailaor.
La defensa de Rafael Amargo, por su parte, solicita la nulidad de las intervenciones telefónicas y los registros en la casa de Amargo en el barrio de Malasaña, Madrid, donde se incautaron las drogas.








