Según las cifras parlamentarias, el Home Office pasó de alojar a 47.500 personas en 2018 a más de 103.000 en junio de este año 2025
El Ministerio del Interior del Reino Unido ha gastado más de 15.000 millones de libras. Son unos 17.500 millones de euros. Y lo ha hecho en su sistema de alojamiento de solicitantes de asilo o inmigrantes en hoteles.
Se trata de una cifra que triplica con creces el presupuesto inicial, según un informe publicado por el Comité de Asuntos Internos del Parlamento británico y que reproduce El Debate.
El documento describe un sistema “fallido, caótico y caro”. Es el resultado de una combinación de decisiones políticas, presiones migratorias y crisis sucesivas.
Gasto disparado
El gasto se disparó tras la pandemia de la COVID-19 y el incremento de los cruces irregulares por el Canal de la Mancha, agravado además por la decisión del anterior Gobierno conservador de Rishi Sunak de paralizar temporalmente la tramitación de solicitudes de asilo mientras se intentaba poner en marcha el fallido ‘plan Ruanda’.
Según las cifras parlamentarias, el Home Office pasó de alojar a 47.500 personas en 2018 a más de 103.000 en junio de este año. El presupuesto inicial de 4.500 millones de libras para el periodo 2019-2029 se ha elevado hasta 15.300 millones, una desviación de más del 240%.
El Gobierno laborista de Keir Starmer se ha comprometido a cerrar todos los hoteles para inmigrantes antes de 2029, aunque el primer ministro aseguró en septiembre que su intención es “adelantar ese objetivo”.
Modelo de acogida
Entre las recomendaciones del comité figura la creación de un modelo de acogida de inmigrantes descentralizado, gestionado de forma coordinada entre las autoridades locales y el Gobierno central, y guiado por principios de “equidad, justicia y sostenibilidad económica”.
La utilización de hoteles para alojar a inmigrantes se ha convertido en uno de los temas más divisivos de la política de Reino Unido.
Además, el informe concluye con una advertencia directa al Ejecutivo: “El Home Office no puede seguir atrapado en un círculo vicioso de promesas imposibles de cumplir para apaciguar la opinión pública. Si no actúa con visión de futuro, se prepara para más fracasos”.








