El ex procurador, Ángel Hernández dice tener ‘la conciencia tranquila’ y pacta con la Fiscalía para evitar la cárcel y el ‘circo mediático’
Nuevo cabecilla izquierdista condenado por tratar de forma miserable a una mujer, nuevo silencio del partido y mirada para otro lado de las ‘feministas’ de guardia. En esta ocasión, el ex procurador socialista y antiguo concejal de Deportes de Soria, Ángel Hernández, ha sido condenado a un año y nueve meses de prisión por delitos perpetrados contra su expareja y por atentado a la autoridad.
Según recoge Ok Diario, el tribunal le impone nueve meses por coacciones, seis por maltrato y otros seis por resistirse a su detención cuando fue arrestado en febrero de 2024.
La sentencia, dictada por la Audiencia Provincial de Soria, se produce tras un acuerdo con la Fiscalía que permite eludir la cárcel al cabecilla socialista por carecer de antecedentes penales previos a su detención.
Dice que admite los delitos para proteger a su víctima
Hernández aseguró tener “la conciencia tranquila” y que acepta la condena solo para “no exponer al circo mediático a la víctima” de sus actos. También añadió que sólo se limitaba a llamar a la puerta de su expareja.
El ex concejal ha reiterado que “no cometió ningún delito”, pese a haber firmado el acuerdo con el Ministerio Público en el que reconoce que lo perpetró. El fallo ya es firme y no se prevé recurso.
Una condena por coacciones y resistencia a la autoridad
Los hechos se remontan a febrero de 2024, cuando Hernández acabó bajo arresto tras aporrear la puerta de la vivienda de su entonces pareja, agente de la Policía Nacional. Lejos de calmarse, el violento socialista se resistió a su arresto, motivo por el que acabo en el Hospital de Soria antes de que lo condujeran a comisaría.
El tribunal considera acreditado que actuó bajo una actitud violenta y de intimidación, por lo que ratificó la condena acordada entre las partes.
Silencio del partido y las feministas mediáticas de guardia
El ex cabecilla del PSOE deberá indemnizar a dos funcionarios con 3.727 euros, cumplir una orden de alejamiento de tres años de su víctima y abonar una multa de 540 euros. También se le obliga a participar en un curso de violencia de género, según la resolución judicial.
Tras el escándalo, Hernández abandonó todos sus cargos políticos y dejó el partido, mientras el PSOE optó por el silencio. Tampoco se han pronunciado las abajofirmantes feministas habituales, siempre selectivas con la violencia contra la mujer, según quién sea el perpetrador o el uso político que le puedan dar al sufrmiento de la victima.
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