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Martiño Ramos Soto, ex cabecilla de ‘En Marea’, en busca y captura por violar a una niña ‘sádicamente’ 10 veces

El pederasta, condenado a 13 años, huyó de Orense al conocer que el Supremo rechazó su recurso y debía ingresar en prisión

Silencio en la ultraizquierda. Un ex cabecilla de En Marea, de nombre Martiño Ramos Soto, está en busca y captura tras huir para no entrar en prisión a cumplir su condena por repetidas agresiones sexuales a una niña.

El violador, profesor de infantil y primaria en Orense de 45 años, huyó tras conocerse que estaba condenado en firme a 13 años por abusar sexual y «sádicamente» a una niña a la que «daba puñetazos«, según cita El Español de fuentes policiales.

Martiño Ramos, recuerda el citado medio, escribía en redes sociales sobre educación y valores, tocaba la guitarra en festivales escolares y participaba en eventos culturales. Sin embargo, según la descripción policial, Martiño Ramos violó a la niña entre los 12 y los 16 años de manera «sádica» y «sistemática» al menos en diez ocasiones.

Profesor infantil que escribía en redes sociales sobre educación y valores

Con un mes de retraso, Europa Press informó que, tras recurrir el condenado su sentencia, el Supremo decretó la firmeza de la misma el pasado 25 de julio y el 15 de septiembre se notificó a las partes. Las autoridades no encontraron al sujeto y se decretó su busca y captura.

El pederasta, relacionado política e ideológicamente con Izquierda Unida, Podemos y BNG, era una figura reconocida de la izquierda regional, con el habitual postureo en defensa de la igualdad y los derechos humanos, lo que no fue óbice para abusar sexualmente de la niña durante, como poco, cuatro años de los siete que fue su profesor de música.

Ocultó su edad e identidad para entablar una relación virtual con la víctima

Según detalla la sentencia, Martiño Ramos, que ahora tiene 45 años, era profesor de música en el colegio de su víctima. Fue él quien contactó con la niña a través de Instagram cuando ella tenía menos de 12 años.

El condenado ocultó su identidad y aspecto para establecer con su víctima una «relación virtual» en la que fingía ser su apoyo emocional para después pedirla, aunque tenía 11 años, que le remitiera fotos de ella desnuda y masturbándose.

La sentencia subraya que Martiño Ramos «era perfectamente conocedor de la fragilidad emocional de la víctima» y aprovechó de para presentarse como «una figura de referencia y apoyo». El citado medio precisa que la relación virtual terminó cuando la víctima cursó 1º de la ESO, restablecida cuando ella repitió curso.

Fue en ese momento cuando la víctima solicitó al condenado que revelara su identidad, deseo al que accedió en marzo de 2021. Desde entonces, Martiño Ramos logró quedar con la victima para realizar actos sexuales que incluían abusos, violaciones, “prácticas sádicas” e incluso abandonarla en el monte tras propinarle una paliza.

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