Los Guardias Civiles de la Río Tajo repelieron de madrugada con munición de fogueo otro motín de 168 subsaharianos rescatados de un Cayuco
Motín de madrugada en la patrullera Río Tajo de la Guardia Civil. Los subsaharianos embarcados el pasado jueves tras su rescate de un cayuco han protagonizado un nuevo amotinamiento contra la tripulación española durante la madrugada del lunes a este martes.
En esta ocasión, los agentes embarcados pudieron repeler a los violentos mediante disparos con balas de fogueo, al contrario que lo sucedido en el primer un motín del que se tuvo noticia, cuando los tripulantes necesitaron hacer uso de armas largas y disparar al aire con munición real.
El Secretario General de la asociación JUCIL ha precisado en Twitter que la Río Tajo es un viejo remolcador de 1973 reconvertido en patrullera y que su escasa velocidad alargará el tiempo de navegación “dejando a su suerte a la tripulación“. La previsión es atracar en Sant Louis, Senegal, durante la madrugada del martes al miércoles 30, y la situación de tensión en el buque se prolongará durante un día más.
Se pelearon entre ellos durante la cena
El motín de esta noche, según relata El Mundo, comenzó durante el reparto de pan durante la cena. Los subsaharianos comenzaron a discutir entre ellos y la situación se descontroló hasta tal punto que, de nuevo, los guardias necesitaron hacer uso de sus armas, cargadas con munición de fogueo, para recuperar el control de la nave.
Desde la AUGC calificaron la situación de “insostenible” mientras el gobierno publicitaba las “excelentes” relaciones con las autoridades mauritanas y las negociaciones que llevaba a cabo Interior para solucionar la situación de la patrullera fondeada frente a la ciudad de Nuadibú, Mauritania.
Si bien Interior publicitó que realizaba “negociaciones intensas” para resolver “pronto” la situación, finalmente la patrullera tuvo que emprender el viaje hacia Senegal para repatriar a los ilegales rescatados, porque el país magrebí se desentendió de ellos y prohibió desembarcarlos en su territorio.
Un viaje de vuelta a Senegal tras negarse Mauritania a que desembarquen los subsaharianos en su territorio
La patrullera Río Tajo rescató a 168 subsaharianos de un cayuco el pasado jueves, los embarcó y navegó hasta el puerto seguro más próximo: Nuadibú, en Mauritania. Según fuentes de la Benemérita todos eran hombres sin identificar, fuertes y jóvenes, sin mujeres, niños o ancianos.
Como el cayuco corría el riesgo de quedar a la deriva y la patrullera tenía una tamaño reducido para tantas personas, se procedió a navegar hacia el puerto seguro más próximo para desembarcar a los ilegales. El puerto elegido era Nuadibú, capital comercial de Mauritania, ubicado en la frontera con el Sáhara Occidental.
Según El Mundo, una vez en aguas de Nuadibú, un gendarme mauritano subió a bordo de la patrullera para evaluar la situación. Otras fuentes añadieron al mismo medio que la negativa al desembarco se produjo tras una fallida negociación de pagos extraoficiales a los magrebíes, porque los responsables de Frontex (Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas) “no fueron muy generosos o los mandos mauritanos exigieron mucho“.
La situación de hacinamiento en el barco degeneró hasta el motín de los subsaharianos. Mientras tanto, las negociaciones del gobierno español en funciones con Mauritania no cambiaron la postura de los magrebíes, que se negaron a hacerse cargo de los subsaharianos y prohibieron su desembarco en su territorio.
Interior dejó a los tripulantes de la Río Tajo en el peor escenario posible: aunque estaba fondeada frente a un puerto mauritano, ahora debía afrontar un peligroso y tenso viaje rumbo sur para devolver a Senegal a los rescatados. La previsión es atracar en Sant Louis, Senegal, durante la madrugada del miércoles 30, y la situación de tensión se prolongará 24 horas más.