Greta Thunberg decretó en Twitter en 2018 que el fin del mundo llega hoy, 21 de junio de 2023, por seguir usando combustibles fósiles
Greta Thunberg decretó en 2018 que el fin del mundo sería hoy, 21 de junio de 2023, si no se tomaban medidas, como dejar de consumir combustibles fósiles en el mundo desarrollado. El tuit fue borrado convenientemente el pasado marzo, pero la activista, hoy mayor de edad, ha recibido recordatorios irónicos sobre la efeméride.
La noruega remitía a un informe emitido por un científico adepto a la cusa, quien confirmaba la inminente catástrofe a un lustro vista. James Anderson, profesor de Química Atmosférica en la Universidad de Harvard, anunció el apocalipsis en 2018 en la Universidad de Chicago.
Anderson, que atesora en su haber otras predicciones fallidas, también afirmó que “La probabilidad de que quede hielo permanente en el Ártico después de 2022 es prácticamente cero”. Huelga decir que los recientes estudios difundidos estos días sobre el incremento de la capa de hielo refutaron su predicción.
Otro noruego, un Nobel de Física que sólo coincide en la nacionalidad con la adolescente sin estudios canonizada por la progresía, expresó de forma palmaria la mecánica de la estafa.
Cuando la realidad desmiente la campaña climática, se elige otra amenaza planetaria
Que una previsión climática de Greta Thunberg sea falsa, no es una novedad. La cantidad de previsiones fallidas de la rentable pseudorreligión climática debería haber enterrado a los instigadores de la farsa bajo el descrédito absoluto. No obstante, el progresismo de salón que impregna la aristocracia política y empresarial tras la farsa mantiene a salvo a los charlatanes, pues se les juzga por sus intenciones y no por los hechos.
En los setenta, la progresía política y científica abogaba por la glaciación, inminente en escasos años, que enterraría el planeta bajo el hielo. Tiempo después, la desaparición de la capa de ozono (siempre por culpa del hombre de las democracias occidentales) fue la siguiente causa monetizada por el ecologismo de salón y las empresas.
En pleno auge del alarmismo por el calentamiento global, saltó el escándalo del “Climagate”. Un hacker desveló documentos y emails de la cúpula científica vinculada al Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) que prueban cómo falseaban informes de la ONU sobre el calentamiento global.
Tras el escándalo sobre los motivos reales del calentamiento global (y la ocultación de datos sobre el enfriamiento), el siguiente eslogan elegido fue el cambio climático.
Angustia climática, la nueva patología generada por el timo climático
Lo retorcido de la nueva estafa radica en que las condiciones atmosféricas son cambiantes de por sí y, por tanto, cualquier variación, aunque corresponda a ciclos climáticos, puede achacarse a que nuestra sociedad no se ha entregado al “decrecimiento” a la suficiente velocidad.
La generación de miseria y la pérdida de libertades inherentes al socialismo ahora se llaman “decrecimiento” y debe elegirse voluntariamente para salvar el planeta de las presuntas amenazas que representan los países del mundo occidental (no tiranías como China, que generan la mayoría de la contaminación).
La secuela más notoria de la nueva campaña ha sido la aparición en el primer mundo de una generación de adultos infantilizados que padecen una nueva enfermedad psiquiátrica: la ansiedad climática.
Se trata de una patología novedosa en países que compiten en progresismo, la cual acabará cronificada vía internet, habida cuenta de que el clima cambia sistemáticamente.
julio 2, 2023 @ 1:58 am
Pobre niñita con problemas. Cuánta gente estará ganado pasta a su costa!! (sus padres al menos).
Sabiendo que se están aprovechando de ella y que es sólo una herramienta, da rabia e indignación (y vergüenza ajena), ver como una cuerda de politicastros se quedan atónitos, ante los pobres argumentos de una niña con problemas, que les está echando la bronca toda indignada.
Y que nadie la retire del atril, dándole una piruleta ecológica!! Y dedicarse después a las cosas importantes que nos atenazan a los ciudadanos…
En ésto se ha convertido la política internacional, de la mano de organismos como la ONU: en un esperpento, en una payasada en la que una niña con problemas, sin formación científica alguna, les da un discurso falaz e inexacto, con moralina incluída, a un hatajo de ignorantes. Y ellos se lo tragan hasta el corvejón.
Bravo, el espectáculo está servido